sábado, 28 de enero de 2017

Volemos, como si no fuéramos a caernos nunca.

A - ¿Todo bien?

B - Me cuesta volar hoy.

A - ¿Hoy?

B - Y ayer, antes de ayer... Llevo una semana arrastrándome.

A - Yo llegué a vivir una vez seis meses bajo tierra.

B - ¿Bajaste al pozo?

A - Suelo bajar a menudo. ¿Has estado allí?

B - Anoche perdí el equilibrio y por poco me caigo dentro.

A - Es lo que tiene volar alto, a veces puedes...

B - ...caer bajo. Pero me detuve, tengo vértigo a las emociones.

A - ¿Por qué no puedes volar?

B - Me han roto la capa... otra vez.

A - ¿Sabes que en el pozo regalan capas nuevas?

(A se ríe, B sonríe)

B - Es que... no quiero bajar allí.

A - Los superhéroes tenemos ese defecto de fábrica. Podemos volar alto pero nunca, bajo ningún concepto, debemos dejar que se agarren a nuestra capa, o caeremos bajo.

B - Yo no...

A - Se rompe...

B - Nadie me agarró la capa...

A - Es frágil y... está rotundamente prohibido.

B - ¡Joder, fui yo que decidí realizar un vuelo compartido!

A - Las capas no soportan tanto peso.

B - Soy la consecuencia de todos mis actos.

A - Vas a tener que bajar al pozo a por una capa nueva, es un hecho.

B - No entiendo las estúpidas leyes de los superhéroes, en la ficción no funcionaba así...

A - La realidad supera los cómics.

B - La realidad demuestra que al final se van con los villanos. O con los ciudadanos normales. ¡Los superhéroes provocan más miedo!

A - Los ciudadanos normales no tienen poderes y eso hace que ellos se sientan más poderosos.

B - Un gran poder conlleva una gran soledad.

A - Si te han otorgado ser poderoso será por alguna razón.

B - A veces preferiría no tener ningún poder, tirar mi capa... y... olvidarme de todo...

A - Lo que ellos comúnmente llamarían tirar la...

B - ...toalla.

A - Como quieras, estás en tu derecho. No bajarás al pozo pero olvídate de volar el resto de tu vida.

B - ¿Y qué se supone que...?

A - Igual tenemos que seguir siendo superhéroes solitarios un tiempo y no dejar que nadie se agarre a nuestra capa.

B - Puede ser...

A - Hasta que utilices todos tus poderes.

B - ¿Y luego?

A - ¿Y luego? Venga ya, ¿qué gracia tendría saberlo ahora? ¿Vienes a echar un vuelo? Tengo una capa en la nave, puedes utilizarla.

B - Está bien... volemos.

A - Volemos, como si no fuéramos a caernos nunca.













lunes, 10 de octubre de 2016

Y pedirle a la Luna un par de pistas



Y ahora dudo de todo.

Yo, que siempre tiro recto

o giro a la izquierda

hacia un punto previamente no pensado,

y aparezco en la X del tesoro,

sin tan siquiera buscarlo.

Yo, que no pienso,

y que tomo impulso y decisiones,

que salto desde el trampolín más alto,

aunque no haya agua en la piscina.

Y duela.

Ahora, después de tantos saltos

y tantos tesoros desenterrados,

dudo.

Y ya no sé ni siquiera qué hago

en este lugar llamado mundo,

en esta tierra de tesoros ocultos

y de puentes colgantes

que te hacen perder el equilibrio.

Y mi brújula ya no marca el norte,

y yo ya no sé hacia donde camino.

Y cansada

de piscinas vacías,

de calles cortadas

y de callejones sin salida.

Quiero unos días de baja,

para tomar el Universo

desde otro planeta.

Y pedirle a la Luna

un par de pistas.

Y abrir una puerta

de emergencia,

ahora que la principal está cerrada.


O quizá simplemente

es domingo.

martes, 1 de diciembre de 2015

Unos pies de plomo, por favor.

Una tienda de compra y venta.

Vendedor - Buenas tardes
Clienta - Buenas
Vendedor - ¿En que podría ayudarle?
Clienta - Vengo a hacer una reclamación.
Vendedor - Usted dirá
Clienta - La semana pasada vine a comprar unos pies...
Vendedor - Sí, la recuerdo... ¿no andan bien?
Clienta - Unos pies de plomo.
Vendedor - De plomo...
Clienta - Sí, pero debió equivocarse, estos pies no son de plomo.
Vendedor - Déjeme ver... no lo entiendo, son pies de plomo.
Clienta - Imposible
Vendedor - ¿Por qué tiene esa certeza?
Clienta - Si fueran unos pies de plomo no hubiera tropezado por segunda vez con la misma piedra.
Vendedor - En eso tiene razón...
Clienta - Por supuesto.
Vendedor - ¿Cuantas emociones me dio por los pies de plomo?
Clienta - ¿Emociones? Le pagué con todo mi corazón.
Vendedor - Ya me acuerdo.
Clienta - Exijo que me lo devuelva. 
Vendedor - Sí, lo guardé bajo llave. (El vendedor abre una caja, el corazón está hecho pedazos). Pero como es posible... No lo entiendo.
Clienta - ¿Qué le ha hecho?
Vendedor - Se ha roto el corazón. Esto nunca había pasado.
Clienta - Quiero ahora mismo una hoja de reclamaciones, me da unos pies de plomo que no funcionan y encima me rompe el corazón.
Vendedor - Le puedo asegurar que yo no lo he roto, debe haber sido él.

Micropausa

Clienta - ¿Él ha estado aquí?
Vendedor - Esta mañana.
Clienta - ¿Qué quería?
Vendedor - Intentó venderme un alma que no era suya.
Clienta - ¿Puedo verla?
Vendedor - Sí, un momento.

El vendedor le enseña el alma

Clienta - Es mi alma. Yo se la entregué, supongo que quería deshacerse de ella. 
Vendedor - Pues se la puedo devolver a cambio de los pies de plomo.
Clienta - Gracias, y... una preguntita, a parte de entregarle mi alma... ¿Compró algo?
Vendedor - Sí, compró una goma de borrar "ayeres".
Clienta - ¿Cuantas emociones le dio por ella?
Vendedor - Hace usted muchas preguntas.
Clienta - Si me contesta le compro un pegamento extrafuerte y dos sonrisas.
Vendedor - Me pagó con su felicidad y parte de su vida. ¿Quiere verla?
Clienta - Mejor que no, podría destrozarla, sabría exactamente como hacerlo, así que de verdad, manténgame al margen de su vida.
Vendedor - ¿Y su felicidad?
Clienta - Algún día volverá a por ella, pero ya será tarde, creo que ha caducado.
Vendedor - Es usted muy observadora. Caducaba justo hoy.
Clienta - Me planteo si con unos buenos pies de plomo todo esto no habría pasado.
Vendedor - Lo siento señorita, contra eso no podemos hacer nada. ¿Quiere usted una goma borra "ayeres" también?
Clienta - ¡No! Deme el pegamento, y las dos sonrisas.
Vendedor - ¿Alguna en concreto?
Clienta - Sí, una para sonreír a mi ayer. Y otra para mirar al mañana.
Vendedor - ¡Aquí tiene!
Clienta - Gracias. 
Vendedor - Si él vuelve por aquí... ¿Quiere que le diga algo?
Clienta - Regálele una sonrisa de mi parte.
Vendedor - ¿Alguna en concreto?
Clienta - Pues, sí... una sonrisa verdadera, de las que traspasan escudos de acero y dan un pequeño pinchazo en el alma.
Vendedor - Quiero hacerle un regalo de la casa, por las molestias.
Clienta - ¿Cual?
Vendedor - Tome, llévese esta cabeza bien alta.

La clienta sonríe, coge la cabeza y se va.











lunes, 23 de noviembre de 2015

Congestión emocional

María sale de la farmacia guardando una bolsa con medicamentos en su bolso. Al salir tropieza con Raúl.

M - Vaya...
R - Qué casualidad...
M - Sí, mucha. Aquí en mi calle, qué casualidad.

María empieza a andar.

R - Las casualidades no existen ¿Lo sabías? (La sigue) Sí la vida nos ha vuelto a poner en el mismo camino, seguro que es por algo.
M - Segurísimo.

Se paran en un paso de peatones porque el semáforo está en rojo.

M - Seguro. (Sonríe irónica). Seguro que la vida ayer hizo algún tipo de vudú para que pillara este catarro infernal que no me deja ni respirar, ha invocado una llamada telefónica al capullo de mi jefe, que le ha hecho tener que salir corriendo a una cita súper urgente, lo que me ha permitido escaparme diez minutos a la farmacia de la esquina del trabajo, que casualmente coincide con la esquina de mi casa, en el preciso momento que tú, vete tú a saber por qué, pasabas por aquí, por la farmacia de mi calle, de mi barrio, cuando vives en la otra punta de Madrid. Y tachán... nos hemos encontrado... uau, la vida, eh...
R - Ya bueno, en realidad llevo toda la mañana esperándote.
M - Genial.

El semáforo se pone en verde, María cruza, Raúl la sigue.

R - Sí, bueno, he ido de tu casa a tu curro, de tu curro a tu casa, y de tu casa a la farmacia.
M - (Para en seco) ¿La farmacia por qué?
R - Anoche vi tu estado en facebook, que te sentías enferma... con el muñequito ese verde que tiene la boca haciendo como montañitas, como si quisiera vomitar o....
M - ¡Ya vale! Conozco perfectamente el muñequito.
R - Ya...
M - ¿Qué coño quieres Raúl?
R - ¿Estás muy enfadada?

María lo mira fijamente y le entra un ataque de risa. Él la mira sin entender nada.

M - Ah, que va en serio. Pues mira no, estoy decepcionada, más decepcionada, más decepcionada y así sucesivamente...
R - No exageres que tampoco es para tanto.
M - ES para tanto.

María empieza a andar de nuevo. 

R - María, ¿podemos hablar?
M - Estamos hablando.
R - De nosotros, quiero decir.
M - Uy, error. Mi sistema de seguridad ha desactivado esa palabra de mi vocabulario.
R - María...
M - Espera, déjame ver... (María hurga en su bolso) Ay... que lástima, no me quedan oportunidades ¡Te las di todas! Sólo tengo paracetamol, espray para la nariz y... ya está, ¡porqué las pastillas que quería no las fabricaban!
R - ¿Qué pastillas? No es bueno tomarse tantos medicamentos...
M - Pastillas para no pensar en ti, el invento del futuro. Pero están demasiado ocupados con las cremitas anticelulíticas y las pastillas de jalea real vitaminadas para combatir el invierno.
R - Si me dejas unos minutos, te puedo explicar todo lo que ha pasado y entenderás...
M - Tengo que volver al curro.
R - ¿Te puedo acompañar?
M - Ya lo estás haciendo.
R - Si me escucharas...
M - Mis oídos están sordos de escucharte. Mírate. ¿Quién eres? Eres un superheroe ¿verdad? Venga, confiésalo ¿Quién te ha dado los superpoderes, eh? ¿Has salido de un cómic de esos que tanto te gustan?
R - ¿Qué dices ahora? ¿Qué cómic ni qué superpoder?
M - ¡El de desaparecer! ¡De hacerte invisible! De estar hoy aquí y mañana no estar en ninguna parte. Sin dejar rastro. ¿Cómo lo haces? ¿Es un don con el que nacéis la mayoría de tíos o sólo algunos afotunados?

María anda cada vez más rápido, Raúl la coge del brazo y la para.

R - ¡Joder María! ¡Te quiero!
M - Cuidado, tápate con la bufandita, no se te vayan a escapar más mentiras.
R - ¡Joder vale ya no! ¡¡Te estás pasando!! Encima que vengo aquí y...
M - Encima dices. Encima. ¿Sabes lo qué pasa? Que vienes tarde Raúl, que han pasado dos semanas, que no tienes derecho a volverme loca de esta manera, que me estoy mareando con tanto vaivén, que si soy de acero es porque tú has hecho que lo sea, idiota. Mis armaduras son directamente proporcionales a tus decepciones. Así que lo llevas claro si crees que lo vas a arreglar todo con cuatro palabritas tontas en medio de la calle Pez y encima hoy, con la congestión esta que tengo ¡Que la cabeza me va a explotar!
R - Vale, ¿Y qué quieres que haga?
M - Ah, pero que... ¿Te lo tengo que decir yo? Esto no funciona así, tú tienes que hacer lo que te salga de... del... de dónde sea que te salen a ti las cosas.
R - A ver, no es tan fácil, tengo dudas de...
M - Vete lejos no me vayas a contagiar.
R - Pero si la que está enferma eres tú.
M - No me vayas a contagiar tus putas dudas. ¡Porque llevo dos semanas dudando! Dudando de si lo que hemos vivido ha sido real o no, dudando de si lo hemos sentido los dos o sólo yo, dudando de si eras fruto de mi maravillosa imaginación, dudando de si quería volver a tenerte entre mis sábanas, de si todavía estaba dispuesta a quererte... dudando de si a mi sistema inmunológico le hacías bien o mal...
R - Y...
M - ¡Te lo has cargado!
R - ¿Tu sistema inmunológico?
M - ¡Eso también! Pero me refería a lo nuestro.

María se va, Raúl la sigue.

R - ¡María! No tenía las cosas claras, no estaba seguro de lo que estaba haciendo, me agobié... Siempre la cago, ya lo sé, siempre. Arraso con todo lo que se me pone por delante. Pero esta vez será diferente, he pensado mucho, estoy dispuesto a arreglarlo, de verdad...

María se para en seco.

M - Ya, pero esta vez yo no.

María abre el portal de su trabajo, contiene las lágrimas. Entra y cierra la puerta. Se miran a través del ctistal. Raúl la mira y le lanza un sinfín de emociones a través de sus ojos, estas atraviesan el cristal y cuando están a punto de llegar a María, ella estornuda, lo que conlleva a un inminente parpadeo de ojos y, una vez abiertos de nuevo, Raúl ha desaparecido.


FIN


sábado, 26 de septiembre de 2015

La estantería de los libros empezados

Dos amigas, una tarde de domingo. Casa de A. 
(A come brownie)
A - ¿Te has preguntado alguna vez como sería tu vida si te gustaran las nueces?
B – ¿Sabes? Hoy he estado tirando todas las revistas viejas, no sé porque las guardaba. Bueno, supongo que era mi yo adolescente que no las quería tirar. Que estúpida, criando polvo. ¿Qué pensaba? Poco después de leer esas revistas descubrimos el sexo y las pobres pasaron al cajón del olvido.
A – Si te gustaran las nueces podrías probar mi brownie y descubrirías que hay algo mejor que el sexo.
B – Para mi yo adolescente igual había algo mejor que el sexo, lo siento, tu yo presente llega tarde.
A – Igual te encantarían las nueces y el chocolate te daría nauseas, porque la vida siempre te da una de cal y otra de arena…
B – ¿No crees que últimamente a mí solo me da una de arena detrás de otra? Te juro que estoy por empezar a construir castillos.
A - ¿Por Marcos?
B – Por Javi, por Marcos, por Carlos…
A – Es que hija, no puedes focalizar en tantos y pretender que algo vaya bien.
B – Prefiero focalizar en muchos que focalizar en uno y cagarla por completo
A - En uno que no es Javi, ni Marcos ni Carlos.
B - Exacto.
(Se ríen)
A – A veces, las cosas cambian, dan un giro, cuando menos te lo esperas todo empieza a girar como una noria y de repente… ¡zas! Él te quiere pero tú ya no le quieres, te ofrecen el trabajo que morías por tener pero te ha salido uno que ahora te gusta más,  tienes dinero pero ya no te apetece viajar lejos…
B – ¡Eh! No te equivoques, siempre me apetece viajar lejos. Lejos de mi propia vida. Coger un avión hacía ninguna parte...
A - ¿Y por qué no coger un avión hacía una vida nueva?
B – Mira, eso, quizá, sí que es mejor que el sexo. ¿Lo has probado?
A – No, ni creo que lo haga, estoy muy bien aquí, estoy feliz con Pol.
B – Pues guarda provisiones.
A - ¿De brownie?
B – De felicidad, para cuando llegue el giro. Te llenarás de toneladas de arena y querrás coger aviones.
A –  Joder, que simpática ¿Toda esta melancolía que arrastras hoy es solo por tirar las revistas?
B – Creo que sí. Ha sido raro. Al cogerlas, olerlas, ver aquellas páginas viejas… he sentido como si me invadieran oleadas de recuerdos.
A – Los recuerdos no son fáciles de digerir. Deberías probar otra cosa.
B- Si me hicieras brownie sin nueces, a lo mejor podría intentarlo.
A – Si vienes sin avisar no pidas más que mi presencia, guapa.
B – Los recuerdos me han golpeado los sentimientos.
A – Yo siempre he tirado las cosas a tiempo, no guardo nada. No puedes ordenar una vez cada quinientos años, luego te pasan estas cosas…
B – Bueno, como todo tiene sus pros y sus contras.
A – A ver…
B – Cuando se remueve mi mundo interior, me lleno de ganas de vivir.
A – Para tu información, nunca has dejado de estar viva.
B – De vivir cosas nuevas, o cosas que quizá quedaron a medio vivir. Como esos libros que nunca terminaste y quedaron a medias, con un punto de libro antiguo o quizá una simple página medio doblada…
A – Yo siempre acabo lo que empiezo. ¿Será cosa del horóscopo?
B – Déjate de horóscopos…
A – Limpiar tu casa es pura terapia ¿no?
B – Bueno. Me ha hecho pensar que esos libros son como la propia vida, tienen capítulos interrumpidos que están allí, porque jamás se han terminado. Están esperando a que los coja y los lea... Los he colocado todos en una estantería.
A - ¿Y los vas a leer?
B – No lo sé. Quizá sí, quizá no. Llenan la estantería de magia. Historias que quizá no se acabarán nunca.
A – Pues yo creo que como no las acabas, no empiezan de nuevas.
B – Ahora no sé si hablas de mis libros o de la vida real.
A – Tu mundo imaginario es el ejemplo más claro de ti misma… Enfréntate a esa estantería y empieza a acabar de leerlos, uno a uno. Disfrutarás más de los nuevos capítulos. Y ahora, me voy a buscar algo para que comas tu también y digieras tanta tontería.
A se levanta
B – Oye, aunque llegue el giro ese y tú quieras coger aviones y yo no, siempre nos tendremos la una a la otra ¿verdad?
A - ¿Te has preguntado alguna vez como sería tu vida si nunca nos hubiéramos conocido?

sábado, 25 de abril de 2015

Un gran poder, conlleva una gran responsabilidad...¡y me va a volver loca!

Cuando hablo sobre mí. Sobre mi aventura (entiéndase aventura como vida), siempre os voy contando etapas. Creo que no escribo una entrada nueva (realista me refiero, que escritos locos hago muchos), hasta que no he dejado algo.

Lo último que dejé, así, a grandes rasgos, fue El Apartamento. De hecho en la última entrada os hablaba de él como si fuera lo mejor que me había pasado en la vida y de repente, lo mejor que te está pasando empieza a retumbar como una alarma de alerta roja: CUIDADO, o lo dejas o aquí hay un incendio.

"Intentas abarcar muchas cosas y todo no se puede" me solían decir. Pero yo siempre supe que no tenían razón. Yo no intento abarcarlo todo, yo sólo intento hacer dos cosas. 1. Las que me hacen feliz, 2. Las que me dan de comer. Para que estas dos formen una sola o pasa algo muy grande o me tengo que conformar (de momento) con los días en que se alinean los astros y estás cobrando por hacer lo que te gusta. (Pero estos aún van viniendo en raciones pequeñas)

Por eso mezclo esas, con las infinitas cosas que tengo que hacer para sobrevivir. Como todo artista en este mundo, que pocas veces puede dedicarse solo al arte y punto. Incluso si lo logra, nunca sabe hasta cuando vivirá su sueño como una realidad.

Así que dije adiós a El Apartamento por falta de tiempo para "respirar", me apunté al gimnasio, volví a escribir, fue como un soplo de aire fresco que no duró mucho, porque en seguida aparecieron nuevos retos, nuevos proyectos, a los que abrazarse y decir: ASÍ SÍ. (Queda corroborado, si dejas cosas atrás, llegan cosas buenas, siempre, solo hay que tener el valor de dejarlas atrás).

Me ha caído un regalo del cielo (¡yupi!), un Shakespeare (no puedo evitar sonreír al pensarlo) un regalo en forma de RETO, que ahora mismo me trae loca (querer hacerlo bien, incorporar lo que se me pide, sentir...decir las palabras exactas...uau, toda una aventura a la que me embarco por primera vez). Pero para que todo sea más emocionante el regalito me lo han dado a un mes vista del estreno (¡SOCORRO!) para sustituir a una actriz.

Podréis vernos a partir del 15 de mayo. Viernes sábados y domingos en el Teatro Lagrada con "La comedia de los errores" dirigida por Lidio Sánchez, de Ciclo Mexico A Escena.



COMPRAR ENTRADAS


Y así me siento yo, tal como empecé en mi antigua etapa, cuando era maestra, como sustituta de clases difíciles, retos, cuando no sabía ni como enfrentarme a un grupo de alumnos, pero me armé de valor, los superé y luego ya me llegó mi recompensa,

Ahora empiezo igual pero con mi nueva etapa (la que no cambiaría jamás por nada) de actriz. Sustituiré aquí y allá lo que haga falta para ponerme a prueba a mi misma, para aprender más, para llegar más lejos y para poder dar pasos de dinosaurio, que los de hormiguita, ya me cansan.

Con todo esto, me he quedado sin vida. (¡Yupi! - Ironía -)  Hace más de un mes que no voy al súper (en mi nevera hay un huevo y un yogur) ¡Y NI SIQUIERA TENGO CHOCOLATE!, me cuesta encontrar huecos para respirar últimamente. Voy corriendo a todas partes y aún no entiendo como me lo monto para seguir siendo puntual. Después de todo esto creo que voy a necesitar ver el mar, Sí. Sería una bonita recompensa.

¿Qué por qué escribo todo esto? Para sacarlo de dentro. Porque si no me entra ansiedad y agobio por todo lo que no puedo hacer, mientras me encamino en todo lo que hago... tal vez con estas lineas, mi mente se desocupe unos instantes y sepa organizar el orden de las cosas, para el día de hoy. No más. Que al tener la tarde libre las energías se juntaron y me voy a sustituir una actriz en otro trabajo.

¡Mierda! por culpa de escribir esto ya vuelvo a llegar tarde, voy a tener que correr otra vez, a agobiarme otra vez, dejar mi casita desordenada otra vez y a volver a pensar "ya la arreglo mañana"...

En fin, ya lo decía Spiderman, un gran poder, conlleva una gran responsabilidad... ¡y me va a volver loca! Pero tranquilos, todo esto es necesario para ser feliz. Así que, adelante pequeña saltamontes.

martes, 7 de abril de 2015

Sueñecientos

Una calle, un mediodía, un encuentro.

Y - Ey... hola...
X - Hola!! Madre mía! Cuanto...
Y - tiempo...
X - ¿Qué tal...vas por aquí? (señala la calle)
Y - Si si, te miraba hacía un rato, íbamos por el mismo camino, pero no estaba seguro, ibas...no te veía bien..
X - A mi bola, soñando despierta, como siempre.
Y - Veo que no has cambiado.
X - Tanto soñar creo que está dejando poco espacio en mi cerebro y que en cualquier momento puede explotar.
Y - Usamos sólo un diez por ciento, tranquila.
X - Que susto, pensaba que perdía un recuerdo por cada nuevo deseo. (sonríe)
Y - Es fácil, no lo llenes de pájaros.
X - Dicen que la envidia puede llegar a ser muy dolorosa ... (sonríe irónica)
Y - ¿Envidia de quién?        
X- ¡De mis pájaros! Tengo cientos sobrevolando ahora mismo.
Por cada nido un sueño.
Y - Por cada sueño una tortura.
X - Yo hubiera dicho motivación...

(Pausa, caminan sin decir nada)

Y - Luego no cumples nada.
X - ¿Como que no?
Y - Los persigues hasta que te cansas y te llama la atención uno nuevo. Y te olvidas de lo importante que era el anterior.
X - Si tengo novecientos nidos no puedo cumplirlos eternamente todos, tendré que ir probando...
Y - Claro...probando...
X - Sí, viviendo vidas, unas y otras...
Y - Que por el camino se topan con personas. Reales.
X - Pintar un cuadro...hacer un pastel gigante de colores, hablar horas con alguien desconocido...
Y - Una mirada.
X - ¡Montar a caballo!
Y - Aquella sonrisa llena de magia...
X - París...            
Y - El primer beso...bueno "el" no, un primer beso.. porque...¿Cuantos primeros besos implican tus sueños? ¿Uno por nido también?          
X - (sobresaltada) ¿Qué?
Y - Nada.      

   (Pausa)

X - ¿Como estás?
Y - Bien, bien..He vuelto con Laura.
(Pausa)
X - No la amabas.
Y - Ya aprenderé.
X - No es cuestión de aprendizaje..
Y - Déjalo...
X - Tienes que luchar por algo que te haga sentir...
Y - Estoy bien.
X - sentir al máximo...
Y - Ya, y cambiarlo cada vez que sienta que no es como una tormenta de rayos.
X - Bailar bajo la tormenta...
Y - ¿Como?
X - Otro de mis...
Y -Ya... ¿sabes? En realidad si tengo envidia de tus pájaros.    (micropausa)
Los dejaría volar libres por el campo y me cambiaria por ellos.
X - No te entiendo.
Y - No hace falta. De todos modos gracias.
X - ¿Por qué?
Y - Por aquél nido que me perteneció.

(Pausa, X no dice nada)

Y- aunque tal vez ya hayas borrado ese recuerdo.
X - Hace mucho que..
Y - ...lo habrás sustituido por uno de tus..."sueñecientos"...
X - ¿Qué?
Y - Tuerzo por aquí.
X - Yo sigo recto...
Y - Me alegro que estés bien.

Y sonríe y se va. X se cambia su cara.
X - Hace mucho que sueñe lo que sueñe apareces tú. (susurra para si misma)
X sigue caminando.

Una calle, un mediodía un desencuentro.